Limpia tu piel a diario
- Empieza con un desmaquillante suave: una loción o un desmaquillante de agua micelar adecuado para la piel con tendencia acneica, que elimine las impurezas de la piel sin dañarla. Para quienes prefieren productos con aclarado, opta por un limpiador facial suave, como un gel espumoso adecuado para este tipo de piel frágil. ¡Una rutina de unos minutos por la mañana y por la noche ayuda a largo plazo!
- Una vez que la piel quede limpia de impurezas, volverá a respirar y se beneficiará más del cuidado que se aplique a continuación.
Hidrata tu piel en profundidad
Este es el segundo paso esencial de tu rutina:
- Aplica un tratamiento compensador para reequilibrar las pieles secas y delicadas para que recuperen confort y flexibilidad.
- Opta por cremas protectoras con una textura rica, pero no grasa, que dejen un velo protector satinado sin un acabado graso o pegajoso.
- Durante este periodo, también se deben utilizar mascarillas hidratantes: aplicar una capa gruesa y dejar actuar durante varios minutos una o dos veces por semana.
Aplica un bálsamo labial
La piel de los labios también necesita una atención especial. En el caso del tratamiento farmacológico del acné, las molestias de la sequedad cutánea se dejarán sentir muy rápidamente en los labios, lo que puede provocar grietas, fisuras y sensación de quemazón. Así pues, para calmar, nutrir y proteger tus labios muy secos, adopta rápidamente el uso de un bálsamo reparador de labios, para aplicarlo tantas veces como sea necesario durante el día.
Protege tu piel del sol
Los rayos UV del sol están ahí, todo el año, incluso en los días nublados. Y por su insidiosa acción, ¡pueden favorecer la aparición de espinillas y manchas de pigmentación de color café! Aplica todos los días una crema solar protectora matificante FPS 50+ adecuada para piel con tendencia acneica y vuelve a aplicarla durante el día si existe riesgo de exposición elevada. ¡La piel seca y las espinillas estarán mejor atendidas!
¡Tan suave!
Olvídate de los productos para el cuidado de la piel que sean irritantes, olvídate de los lavados demasiado frecuentes y agresivos, que debilitarán tu piel, y elige productos que respeten las pieles secas y frágiles con acné.
Por supuesto, evita los exfoliantes demasiado agresivos durante el tratamiento, ya que pueden resecar aún más la piel al reforzar la fragilidad de la barrera cutánea. Lo mismo ocurre con las mascarillas purificantes, que no se adaptan a las necesidades de la piel.